Actualmente, cada vez es más habitual usar distintos tipos de edulcorantes para aportar sabor dulce a nuestras comidas, incluso añadimos “sacarina” al café que acompañamos con un bollo. A los edulcorantes que incluimos a diario en nuestra dieta, debemos sumar los que la industria alimentaria utiliza frecuentemente como aditivos de distintos productos que incluimos en consumimos.
Por otro lado, en los últimos años la microbiota intestinal, billones de microorganismos bacterianos que habitan nuestro tracto gastrointestinal, es fruto de numerosas investigaciones debido a la creciente evidencia que respalda su importante papel en la salud humana. Como resultado de estas numerosas investigaciones sabemos que estas bacterias participan en la regulación de distintos procesos metabólicos como digestión y absorción de nutrientes, síntesis de vitaminas, modulación de la inmunidad de la mucosa, etc. La composición de esta microbiota es única para cada individuo, evoluciona a lo largo de toda la vida y puede ser alterado por factores distintos factores, entre los que se encuentra la alimentación.