martes, 17 de octubre de 2017

Índice de Masa Corporal (IMC)

El Índice de Masa Corporal (IMC) (kg/m2), también conocido como como Body Mass Index (BMI) o Índice de Quetelet, es un parámetro muy útil que actualmente se usa mucho para juzgar el estado ponderal. Pero, pese a que su uso es muy habitual, no es válido en toda la población. Vamos a ver ¿qué es?, y en ¿qué casos se debe usar?.


¿Qué es el Índice de Masa Corporal?

Es la relación entre el peso y la talla de un individuo, se puede usar para conocer el porcentaje de grasa en el organismo, ya que, nos indica cuál es el peso adecuado de un individuo respecto a su talla.

Este índice refleja la adiposidad de la mayoría de la población, pero no es muy adecuado cuando se utiliza para niños, ancianos y personas deportistas o muy musculadas.

¿Cómo se usa?

Su fácil aplicación y coste hace que se utilice ampliamente. Para realizar el cálculo debemos disponer del peso en kg y la talla en metros del individuo al que deseamos valorar. Dividiremos el peso por la talla al cuadrado (IMC = peso (kg) / talla2 (m)) y el resultado será el IMC.
Si no queréis hacer el cálculo, os dejó el enlace a la página de la SEEDO donde lo podéis calcular vuestro IMC tecleando peso y talla.

¿Cómo podemos interpretar el resultado?

Una vez conocido el valor de nuestro IMC debemos saber interpretarlo, para ello os dejo esta tabla en la que podréis clasificaros en uno de los siguientes grupos:

Clasificación del IMC

IMC
SEEDO
OMS
< 18,5
Peso insuficiente
Bajo peso
18,5–24,9
Normopeso
Adecuado
25–26,9
Sobrepeso grado I
Sobrepeso
27–29,9
Sobrepeso grado II (preobesidad)
30–34,9
Obesidad de tipo I
Obesidad grado 1
35–39,9
Obesidad de tipo II
Obesidad grado 2
40–49,9
Obesidad de tipo III (mórbida)
Obesidad grado 2 (mórbida)
>50
Obesidad de tipo IV (extrema)

En la población adulta, los límites adecuados de IMC, es decir, los asociados a una mayor esperanza de vida son los comprendidos entre 19-25 kg/m2. Si vuestro IMC no se encuentra en los límites adecuados, recordar que este resultado es meramente orientativo, para valorar a una persona es necesario estudiar sus características individuales, por ello, si vuestro IMC está fuera de los valores adecuados consultar a un especialista.

¿El IMC se puede usar en todas las personas?

Como hemos comentado antes, el IMC no es válido para toda la población, este índice sólo puede ser usado en población adulta, además, en ocasiones puede estar indicando un sobrepeso que no sea real, por ejemplo, un atleta con huesos densos y una musculatura muy desarrollada puede tener un IMC indicativo de sobrepeso pero realmente su grasa corporal no será elevada.

¿Qué hacemos con la población infantil?

La valoración de la obesidad en el niño y adolescente es más difícil que en los adultos, debido a los cambios que se producen durante el crecimiento, en el ritmo de acúmulo de grasa y de la relación entre el peso y la talla. Por eso, no se puede utilizar un valor absoluto del IMC para expresar su composición corporal. Debido a esta dificultad, para definir la obesidad infantil, se realizan comparaciones con los resultados obtenidos en otros estudios realizados en la población. Es decir, se compara el niño que deseamos valorar con un grupo de la misma edad y sexo, esta comparación se realiza usando percentiles. En relación a la interpretación de los resultados, no existe unanimidad, en general, se acepta el P85 como límite para el sobrepeso y P95 para la obesidad. En la población española, las tablas que se utilizan habitualmente como referencia son las de la Fundación Orbegozo, International Obesity Task Force (IOFT) o los estándares de crecimiento de la OMS.

Mi IMC indica que tengo sobrepeso, ¿algún consejo?

Si tenemos un exceso de peso debemos intentar conseguir perdidas de peso graduales, que puedan mantenerse a largo plazo. No debemos intentar llegar a un peso ideal de forma rápida, olvídate de “operación bikini” o “operación bufanda”. Intenta mejorar tu estilo de vida llevando una alimentación saludable, realizando una actividad física adecuada a tu edad y las características y mejora tus hábitos, por ejemplo, intenta comer antes de las tres de la tarde y cenar antes de las 9. Por último, no olvides desterrar falsos mitos y creencias erróneas, “las dietas milagro, no existen”.


Bibliografía

-      Sociedad Española para el estudio de la obesidad (SEEDO). IMC. Disponible en: http://www.seedo.es/index.php/pacientes/calculo-imc

-      Moreiras O, Carbajal A, Cabrera L, Cuadrado C. Tablas de composición de alimentos. Guía de prácticas. Pirámide. 17ª edición. 2015.

-      Fundación Faustino Orbegozo Eizaguirre. Gráficas y tablas. Disponible en: http://www.fundacionorbegozo.com/el-instituto-de-investigacion-del-crecimiento-y-desarrollo/graficas-y-tablas/

-      Rosa M. Ortega Anta, Ana M. LópezSobaler, Aránzazu Aparicio Vizuete, Liliana G. González Rodríguez, Beatriz Navia Lombán, José Miguel Perea Sánchez, Napoleón Pérez Farinós, Mª Ángeles Dal Re Saavedra, Carmen Villar Villalba, Sara Santos Sanz, Estefanía Labrado Mendo. Estudio ALADINO 2015. Estudio de vigilancia del crecimiento, Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España. 2015. Edita: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Disponible en: http://www.aecosan.msssi.gob.es/AECOSAN/docs/documentos/nutricion/observatorio/Estudio_ALADINO_2015.pdf

-      Hernández M. “Particularidades de la nutrición en la infancia: crecimiento y nutrición”. En: Hernández M, Alimentación infantil. 3ª ed, Madrid. Díaz de Santos. 2001; 3-12.

-      Hernández M. “Prevención y tratamiento de la obesidad”. En: Hernández M, ed. Alimentación infantil. 3ª ed, Madrid. Díaz de Santos. 2001; 203-215.
      -      Hernández M. “Consideraciones sociosanitarias de la obesidad infantil”. En: Obesidad infantil y juvenil. Estudio Enkid. Editorial Masson. 2004;3-9.


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