Durante este tiempo, al igual que en los primeros años de vida, acontece un
rápido crecimiento, en este periodo el individuo llega a alcanzar,
prácticamente, su crecimiento máximo, a esto se une un desarrollo “emocional” e
intelectual, por tanto es una etapa muy compleja que merece una especial
atención desde muchos sectores.
La alimentación va a jugar un papel crítico en el desarrollo del
adolescente y una dieta inadecuada puede influir desfavorablemente sobre su
crecimiento y su maduración sexual.
Uno de los objetivos fundamentales, desde el punto de vista nutricional, en
la alimentación del adolescente, además de conseguir un crecimiento adecuado,
es evitar posibles déficits de algunos nutrientes determinados.
Necesidades de energía y nutrientes
Rechazo de los patrones familiares
Trastornos de la conducta alimentaria
Factores que influyen en la alimentación del adolescente
Necesidades de energía y nutrientes
Las necesidades de nutrientes son superiores a las de otras etapas de la
vida debido a la elevada velocidad de crecimiento y a los continuos cambios. Durante
este periodo se debe asegurar un aporte calórico suficiente, esto supondrá en
chicos: 13-15 años 2750 kcal y 16-19 años 3000 kcal, y en chicas algo menos: 13
a 15 2500 kcal y 16-19 2300 kcal, este aporte permitirá un crecimiento adecuado,
el mantenimiento de un peso saludable y debe incluir una proporción correcta de
macronutrientes –proteínas, grasas e hidratos de carbono-. Con una proporción correcta
quiero indicar que la energía que proporcionen las proteínas sea entre el 10 y 15%
de las necesidades diarias, la aportada por los hidratos de carbono entre el 50
y 60% y por la grasa entre el 30 y el 35%, si tomamos como ejemplo un chico de
17 años que necesite 3000 kcal, las proteínas deben aportar entre 300 kcal y
450 kcal, los hidratos de carbono entre 1500 kcal y 1800 kcal y las grasas
entre 900 kcal y 1050 kcal.
Rechazo de los patrones familiares
La “maduración emocional” que se produce en este período suele afectar a
los hábitos alimentarios de los adolescentes, el frecuente impulso hacia la
independencia suele originar el rechazo
de los patrones dietéticos familiares.
Trastornos de la conducta alimentaria
Por otro lado, los deseos del adolescente por cambiar a un ideal de
proporciones corporales, a un ideal de belleza, pueden conducirlo a realizar
modificaciones en sus dietas que quizá tengan consecuencias negativas. Por
ejemplo, los aumentos rápidos de peso, que acompañan al desarrollo de las
características sexuales secundarias, pueden originar en muchas mujeres jóvenes
la restricción de la cantidad de
alimento que ingieren o el incrementos
de la actividad física o incluso pueden comenzar conductas purgativas para el mantenimiento del peso. En el caso de
los chicos el deseo de obtener las dimensiones deseadas también puede provocar
el consumo suplementos nutricionales
con la esperanza de lograr el aspecto muscular de los adultos.
Existe el riesgo de que estas prácticas conduzca un verdadero trastorno de
la conducta alimentaria, aunque la etiología de estas
enfermedades tiene un componente mental- psiquiátrico- fundamental. Todo esto durante un período en el que el crecimiento
es muy acelerado puede tener consecuencias negativas como incrementos de altura
inferiores a los que corresponderían genéticamente, menor masa ósea de la
esperada o retrasos en la pubertad.
Por ello, creo que es un trabajo de toda la sociedad el dejar de ofrecer
estas imágenes de belleza ideales,
tan alejadas de una imagen real, ya que, uno
de los problemas en esta etapa es la prevalencia de trastornos de la conducta
alimentaria como anorexia y bulimia. Estos nuevos ideales de belleza de la
sociedad occidental, promocionados por los medios de comunicación, incitan a
muchos jóvenes a restringir drásticamente la ingesta de alimentos, lo que
conlleva una clara malnutrición y, lamentablemente en ocasiones a la muerte.
En el
otro extremo, la obesidad en adolescentes
es un serio problema en la mayoría de los países industrializados, debido,
particularmente, a que conduce a sobrepeso y obesidad en el adulto. A menos que
se consiga una disminución de la ingesta de grasa y de energía total y un
incremento de la actividad física, la obesidad será un problema aún más serio
en el futuro.
Factores que influyen en la alimentación del adolescente
El comportamiento alimentario del adolescente va a estar determinado por la
influencia de numerosos factores externos (familiares, amigos, valores sociales y culturales, medios de comunicación,
conocimientos nutricionales, experiencias y creencias personales, etc.) e
internos (características y necesidades fisiológicas, imagen, preferencias y
aversiones en alimentación, desarrollo psico-social, salud, etc.). Todo ello
regido por la necesidad de afirmar la
propia identidad, aunque sea a costa de rechazar la alimentación familiar y
elegir otros tipos de dieta, lo que puede dar lugar a numerosos y frecuentes
errores, preocupantes, especialmente, si se prolongan durante mucho tiempo.
Pese a todos estos problemas y muchos que no hemos mencionado, la
adolescencia es una etapa ideal para consolidar los hábitos de vida y alimentarios correctos, que hemos iniciado en la
infancia y conseguir un buen estado de salud en la etapa adulta.
Bibliografía
Moreiras O, Carbajal A, Cabrera L, Cuadrado C. Tablas de composición de
alimentos. Ediciones Pirámide. 17ª edición. 2015.
López Sobaler A, Varela P. Nutrición del adolescente y del joven. En:
Nutriguía. Manual de Nutrición Clínica en atención primaria. Editorial
Complutense. Madrid. 2000.
Serra L, Aranceta J. Alimentación infantil y juvenil. Estudio enkid.
Masson. 2002.
Marugán JM, Monasterio L, Pavón MP. Alimentación en el adolescente.
Asociación Española de Pediatría.
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/alimentacion_adolescente.pdf.
Consultado 03/05/2016.
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