Actualmente en los supermercados encontramos un gran número de alimentos denominados enriquecidos o fortificados, pero a veces es difícil saber si estos productos son útiles para nuestra salud o este enriquecimiento se debe a estrategias publicitarias. Espero que esta entrada os ayude a decidirlo.
¿Qué es la fortificación
y/o enriquecimiento de alimentos?
Es la adición de uno o
más elementos a un alimento para mejorar su calidad. En ocasiones ambos términos se utilizan
de forma indistinta, pero no son
sinónimos: fortificación de
alimentos hace referencia al aumento de la cantidad de un nutriente o
componente del alimento, mientras que enriquecimiento
es la adición de un nutriente o componente no contenido inicialmente en el
alimento o la adición de un nutriente perdido durante su procesado, por ejemplo,
al refinar el trigo o el arroz y posteriormente añadirles vitaminas del grupo B.
En ocasiones podemos encontrar que se han realizado los dos procesos en el
mismo alimento, enriqueciendo en un elemento y fortificando en otro.
La mayoría de los alimentos enriquecidos y/o fortificados
lo están en vitaminas y minerales, pero la normativa prevé que se puedan
enriquecer con otras sustancias como aminoácidos, ácidos grasos, fibra o
extractos vegetales
Pero la gran pregunta es: ¿es necesario introducir en nuestra dieta alimentos fortificados o
enriquecidos?
Según
la mayoría de especialistas y profesionales de la salud, la ingesta de una dieta equilibrada y variada en los diferentes grupos
básicos de alimentos (cereales, verduras y hortalizas, frutas, lácteos,
pescados, carnes, huevos y legumbres), aportaría todos y cada uno de los
nutrientes esenciales en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades
nutritivas de acuerdo a las ingestas recomendadas “tradicionales”. Estas recomendaciones
tradicionales expresan la cantidad diaria media de nutrientes esenciales,
calculada con arreglo a los conocimientos científicos existentes, suficiente
para cubrir los requerimientos de prácticamente la totalidad de las personas de
un grupo de características dadas (sexo, edad, estado fisiológico, etc).
Pero
actualmente, se está planteando la cuestión de si las ingestas recomendadas no deberían también incluir la posibilidad de
prevenir algunos problemas y patologías cómo son las enfermedades
cardiovasculares, ciertos cánceres, el envejecimiento, deterioro de la función
cognitiva, enfermedades neurodegenerativas, osteoporosis, etc, es decir, que
vayan más allá de prevenir deficiencias nutricionales, porque ahora conocemos “nuevas
funciones” para los nutrientes, especialmente vitaminas y minerales, que
requieren cantidades mayores –nunca menores- a las establecidas
tradicionalmente, lo que hace prácticamente imposible que para algunos
nutrientes se puedan obtener exclusivamente a partir de las fuentes naturales
de la dieta. Además, la fortificación y
el enriquecimiento usados de forma adecuada pueden ser una estrategia para
controlar o reducir la carencia de nutrientes y puede aplicarse en naciones
o comunidades donde hay un problema o riesgos de carencia. Por ejemplo, hay dos
tipos de fortificación, que son muy conocidos y que han sido muy efectivos en
muchos países: la adición de yodo a la
sal (yodación) y la adición de flúor
al agua (fluoración).
Este
tipo de alimentos, también pueden ser útiles a nivel individual en un elevado
número de situaciones en las que está comprometido el seguimiento de una dieta
equilibrada y variada, y en las que la utilización de alimentos fortificados
y/o enriquecidos podría tener justificación. Así, por ejemplo, resultaría útil
la fortificación de alimentos, en hierro, para mujeres jóvenes, que con
frecuencia presentan anemia, o la fortificación con ácido fólico para la
prevención de malformaciones congénitas de nacimiento.
Por
tanto, la fortificación y/o enriquecimiento,
en algunos casos, puede ser útil para reducir los problemas de deficiencia,
pero no debe plantearse como un sustituto de una dieta variada y equilibrada,
porque la mejor solución, para cubrir las recomendaciones, es adquirir unos hábitos
alimentarios más saludables. La fortificación y/o enriquecimiento no son
una panacea en el control de las carencias de nutrientes.
¿Cuáles son los puntos
débiles de la fortificación y/o enriquecimiento de alimentos?
Uno
de los puntos débiles de esta estrategia es que los alimentos enriquecidos y/o
fortificados suelen ser consumidos por
personas concienciadas con una buena nutrición, es decir, personas que en la mayoría de los casos no necesita
estos alimentos.
Otro
punto débil en este tipo de productos es el mayor coste económico, que dificulta su acceso para muchos sectores
de la población.
Igualmente,
podemos resaltar como punto débil que la presencia en el mercado de los
alimentos fortificados y/o enriquecidos no responde a las necesidades reales de
la población en materia nutricional, por ello, es necesario evaluar que
carencias existen en la población y en base a estas formular productos útiles
para cubrirlas.
¿Presencia de estos
alimentos enriquecidos y fortificados en la cesta de la compra de la población
española?
Actualmente
podemos encontrar en nuestros supermercados una gran disponibilidad de
productos fortificados y enriquecidos. En la web del Ministerio de Agricultura, Alimentación
y Medio Ambiente se
puede visitar la base de datos de consumo en hogares en la que aparece una
selección de productos enriquecidos y/o fortificados, la siguiente tabla recoge
su evolución entre los años 2000 y 2015.
Evolución del consumo de
algunos alimentos enriquecidos y/o fortificados en España (g/persona y día)
Una de las limitaciones de estos datos es que esta base no incluye todos los productos existentes en el mercado, pero si es una excelente herramienta para valorar su introducción en los hogares españoles y su evolución en los últimos años.
De
todos los productos que aparecen en esta web, la leche enriquecida es la más
comprada por los españoles. En el año 2015 (último año completo), se compraron
25 g por persona y día de este tipo de leche.
Como
podemos ver en los datos de compra existen muchas oscilaciones, siendo el pan y
la margarina enriquecidos los únicos alimentos donde se muestra una clara tendencia al alza.
Si
quieres conocer más datos sobre consumo de bebidas enriquecidas puedes visitar
el siguiente vídeo:
En
resumen, y respondiendo a la pregunta que nos planteábamos, podemos decir que
es importante continuar con el estudio de este tipo de productos valorando su
peso en la dieta, ya que la fortificación de alimentos con vitaminas y
minerales es considerado actualmente como uno de los principales enfoques para
mejorar la ingesta de estas en las poblaciones, pero coomo consejo final
deciros que si vais a consumir alimentos fortificados y/o enriquecidos pensar
primero si los necesitáis y cuál es el más adecuado para vuestra situación.
Bibliografía
1. World Health Organization. WHO meeting
on estimating appropriate levels of vitamins and minerals for food
fortification programmes. Editors: World Health Organization. 2010. ISBN: 978
92 4 159960 3. Disponible en: http://www.who.int/nutrition/publications/micronutrients/9789241599603/en/
2. Susana del Pozo de la Calle, Emma Ruiz
Moreno, Teresa Valero Gaspar, José Manuel Ávila Torres, Gregorio Varela
Moreiras. Alimentos enriquecidos/fortificados. En: Libro blanco de la Nutrición
en España. Fundación Española de la Nutrición. 2013. Disponible en: http://www.seedo.es/images/site/documentacionConsenso/Libro_Blanco_Nutricion_Esp-2013.pdf
3. FAO. Departamento de Agricultura y
Protección del Consumidor. Procesamiento y fortificación de los alimentos. En:
Nutrición humana en el mundo en desarrollo. Depósito de documentos de la FAO. Disponible
en: http://www.fao.org/docrep/006/w0073s/w0073s10.htm
4. Gregorio Varela Moreiras, Susana del
Pozo de la Calle, José Manuel Ávila Torres, Carmen Cuadrado Vives, Emma Ruiz
Moreno, Olga Moreiras Tuny. Evaluación del consumo de alimentos
enriquecidos/fortificados en España a través del Panel de Consumo Alimentario. Fundación
Española de la Nutrición. 2011. Disponible en: http://www.fen.org.es/storage/app/media/imgPublicaciones/31082011130802.pdf
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